lunes, 20 de enero de 2014

COMIDA EN LA COSTA

COMIDA EN LA COSTA
A petición de  mi nieto hijo único de mi hija Nara mi yerno José Hugo nos invitaron a comer a un restaurante que esta en Puerto Ceiba, Tabasco, México, un lugar agradable a lado de un brazo de mar donde los paseantes y comensales pueden alquilar botes con motor fuera de borda y hacer un paseo por la rivera de ese hermoso lugar, se ven las embarcaciones de cayucos y lanchas de pescadores desde que se cruza el puente hasta llegar a Chiltepec, todas esas comunidades se dedican al servicios restaurantero a la pesca y a la venta de exquisitos dulces de coco, de leche y merengues de riquísimo sabor. El viaje desde Reforma, hasta Puerto Ceiba es de dos a dos horas y media, pasando por Cunduacán y Paraíso Tabasco, por supuesto en auto particular, por ambos lados de la autopistas se ve una gama de colores verdes desde el más fuerte hasta el color verde más tenue de la arboleda que hay a la horilla de la carretera, haciendas antiquísimas con techos de tejas de barro con porches enormes donde los productores de cacao asoleaban los granos después de lavarlos cuidadosamente para luego procesarlos –tostado y molidos- en un rico chocolate de sabor atrayente, algunos chocolateros lo preparan, con almendras molidas, galletas y hasta le ponen una o dos pimientas con tal de acentuar su sabor de bouquet inigualable, que tierra tan productiva de este grano, grano  que un día en años pasados sirvió de moneda en estas regiones después de la conquista. ¿Pero como es que surge la invitación para ir a tan lindo lugar? Pues nada que José H mi yerno y Nara mi hija han enseñando a mi único nieto de ese matrimonio a comer manitos de cangrejo y el sábado por la tarde les dijo a sus papas que quería comer manitas de cangrejo pero que invitaran a sus abuelitos maternos –que somos Mary y Yo- y en ese mismo instante nos hicieron la amable invitación vía telefónica para que nos preparáramos para salir el domingo a Puerto Ceiba a comer por iniciativa del nieto, ni tarde ni perezosos hicimos preparativos par acompañarlos y les puedo decir que no nos arrepentimos de haber aceptado ya que la comida fue de paladares exigentes, de entrada unos ostiones a la Rockefeller, un par de tortillas al mojo de ajo, las famosas manitos de cangrejo a la mantequilla para el bello durmiente –mi nieto que se había dormido- luego el plato fuerte para Nara una mojarra frita y para Janai, para José H y para Mary posta de robalo al mojo de ajo y yo pedí una posta de robalo a la ¨veracruzana¨ creo que un poco distinto el guiso como lo había degustado algunas vez en Veracruz, pero eso no le quito merito al cocinero del restaurante ya  que estaba delicioso, para tomar,  dos jarras de naranjada de muy buen sabor y mi yerno degusto dos cervezas negras,  antes que era tomador eran de mis preferidas, hoy tengo cinco años y medio sin probar alguna bebida etílica, ya con el estomago lleno y con el gusto de saborear tanta exquisitez tomamos algunas fotos cerca del atracadero de dicho restaurante y de vueltas a Reforma en un santiamén, creo que se hace más cerca el regreso y, así dimos por aceptada la invitación de José H Junior a la comida de ayer, gracias hijo, por tener tan buenos gustos y sobre todo tener ese corazón de tomarnos encuenta….
JOSÉ MANUEL
A 20 DE ENERO DE 2014
REFORMA, CHIAPAS, MÉXICO