martes, 6 de julio de 2010

MI NIÑEZ


MI NIÑEZ
Mi niñez en Reforma, Chiapas, México en el año de 1965 vivíamos en la calle 13 de mayo esquina Miguel Hidalgo, ahora ahí vive la familia de don Pedro Guzmán, la personas que componían nuestra familia por ese entonces, era papá, mamá, José M (YO) Rodolfo (fito) y Gladis nuestra única hermana, nuestro padre se dedicaba a la atención medica por la experiencia y por un permiso otorgado por un directivo de la Secretaria de Salud de la jurisdicción distrital con sede en la Ciudad de Pichucalco Chiapas, Motivo por el cual inyectaba, ponía sueros, vacunas y cuando de repente se soltaba el chamuco en las rancherías, aquí en el pueblo, por lo que habían lesionados con machetes El los suturaba y les prestaba los primeros auxilios, atendía partos, de ahí que muchos muchachos y muchachas lo llamaran abuelo ya que era una costumbre ancestral llamar abuelo al partero o partera que atendía el nacimiento de esa nueva personita, por otro lado mi mamá se dedicaba a la crianza de nosotros; en los días del santo patrono ¨El Señor del Santuario¨ que es por la fecha del 25 Marzo, de la comunidades venían a los festejos, muchas señoras que conocían a mamá, como peinadora (ahora estilistas) el caso es que ella les hacia el permanente y en fin todo tipo de corte de cabello, por lo que cobraba un dinero para la ayuda de la casa y para sus gastos personales, ya por esos años a Fito a Gladis y a mi nos tocaba llenar con mamá los tambos de doscientos litros de agua del poso publico ubicado en la calle Aldama con Joaquín Gutiérrez agua que se ocupaba para el gasto del día en la casa, para el lavado de los trates y para hacer los alimentos, recuerdo que yo y mi hermano nos poníamos un barrote de madera atravesado por los hombros de donde pendían dos latas de 20 litros cada una y Gladis un cubo de diez o quince litros al cuadril, ese era nuestra tarea de la mañana, luego Fito y yo nos perdíamos, nos íbamos al arroyo a nadar, a nosotros no nos importaba que el arroyuelo estuviese creciendo y que alcanzara fuerte rápidos, nosotros ahí estamos, entre la corriente que llevaba trocos de arboles, basura, lodo y hasta víboras, no le teníamos miedo, nadando pasábamos gran parte de la mañana hasta que mi mamá se acordaba de nosotros y nos iba a buscar al riachuelo con una cuarta, o fuete de cuero de res seco, o cuarta de caballo, como también la conocíamos y ahí la veían gritando desde la orilla, chamacos, Fito¡ José¡ , salgan de ahí, porque su papá ya va a llegar, pero por la espalda escondía la cuarta, con la cual nos castigaba por malandrines, por fin salíamos por un lado lejos de ella y sin acordarnos de los pantalones, corríamos por toda la vereda que nos conducía a la casa totalmente en cueros, pero a mi mamá no tan fácil se le olvidaba la friega y llegando de tras de nosotros, preguntaba con su voz autoritaria, ¡ a donde están, chamacos ¡ que ahora verán y, si teníamos que ver, unos fuetazos bien puestos a mi hermano y a mi, sin embargo eso no nos quito nunca las ganas de ir a nadar, por la tarde a mi me tocaba ir por el café, la verdad no me explico el porque de dejar para la tarde la compra de este producto que hasta la fecha sigue siendo indispensable en la dieta de la familia y el azúcar, al salir de la casa rumbo de la tienda tomaba el caminito que estaba en lo que ahora es la calle Hidalgo y luego por la Joaquín Gutiérrez, para legar a la tienda de mi padrino José Cano que se ubicaba en frente del panteón central, hacer el trayecto de la casa al lugar de las compras para mi era un lugar tan distante en aquellos días de mi infancia como de aquí a la luna, además del miedo que esto me causaba ya que los terrenos eran baldíos, por ejemplo donde esta el parque central era lo que llamábamos ¨la plaza¨ y a su costado otro predio que estaba sembrado de arboles de cacao, que por las noches y con el brillo de la luna semejaban algunos parches propios de estas plantas, ojos centellantes entre los troncos que parecían mirarme y eso me causaba un pánico de horror de ahí que les contare como fue que volví a sentir los jugosos azotes de la cuarta de caballos, donde ahora esta la zapatería de don Jesús Valades, había un cine que un tío de mi papá, era su propietario,(cine LANESTOSA), el caso es que en ese lugar colocaron un mástil alto y sobre el un altoparlante para poner música de corridos y otras de tipo ranchero, con tal de que las gentes se animaran ir a ver la función de la noche, en unas de mis idas al mandado, a la tienda del padrino, ya de regreso a la altura de donde ahora esta la farmacia ¨la unión¨ estaba con pequeño porche, que alguna persona utilizaban para pasar una rato, con tal de descansar, total el sitio daba a la calle principal que todos conocemos como la calle López Mateos, en ese sitio estaba un hombre que luego lo conocí como Luis botita y en el altoparlante estaba sonando un corrido conocido por todos el famoso ojo de vidrio, total que el Luis botita me dice chamaco corre a tu casa y dile a tu mamá que se escondan, que ahí viene el ojo de vidrio matando a todas las gentes y, llego asustado, llorando y, lejos mi madre de hacer algo por tranquilizarme, va por la cuarta de caballos y me dio una sacudida con ella para que se me quitara el susto, otra vez subí a una camioneta de tres toneladas de redilas con tal de ahorrarme la caminada , sin que el chofer se diera cuenta, pero como sabia, que este fulano vivía un tanto retirado ( a donde esta la empresa de agua purificada, ¨La Guadalupana¨) me tiré de vehículo en marcha y de vueltas a la casa llorando y todo raspado de la cara y brazos, por suerte eso fue todo, pero mi madre con tal de que se me fuera el susto, ahí va de nuevo por su famosa cuarta de caballos y me vuelve a planchar el traje, otra vez, a fito y a mi nos amarro a un poste de la casita y ahí nos ajusticio, barriga con barriga para que no estuviéramos peleando, mi papá rara veces no dio con el cinturón, pero mamá tenia la cuarta de caballos más rápida del oeste y a donde que nos escapábamos, así fue una parte más de mi niñez en el pueblo donde tuve la fortuna de nacer, crecer y tal vez morir….
JOSE MANUEL
REFORMA CHIAPAS, MÉXICO
A 06 DE JULIO DE 2010

1 comentario:

  1. Muy interesante tu post José. Entre lineas puedo deducir que el Reforma de hoy no es ni remotamente lo que era en aquel tiempo en el que tu y Fito nadaron en las broncas aguas de su ya extinto rio. Disfruté mucho la anécdota de Luisito Botita que espero la vida le haya cobrado mas adelante aquella terrible trastada realizada sobre el entonces infante José.

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