Mi papá y mi tía Lucia -19 de octubre del 2012-
RECUERDOS
Hay una canción vernácula que viene desde la
época de la revolución mexicana, allá por sus albores, es cuando nace está canción de la pluma
de Aristeo Silvas Antúnez.
Cuatro
milpas tan sólo han quedado,
Del ranchito que era mío, ay
De aquella casita tan blanca y bonita,
Lo triste que está.
Los potreros están sin ganado,
la laguna se secó
la cerca de alambre que estaba en el patio
también se cayó.
Del ranchito que era mío, ay
De aquella casita tan blanca y bonita,
Lo triste que está.
Los potreros están sin ganado,
la laguna se secó
la cerca de alambre que estaba en el patio
también se cayó.
Pues esta canción hacia recordar a mi papá a su
abuelo y sus ojos se le humedecían cuando recordaba la letra y me hacía un
compilado triste de lo que ellos pasaron en los tiempos de la revolución misma que se extendió por gran parte del sur sureste
de la República mexicana y, comenzaba de
esta manera, mira hijo mi abuelo tenía
su casita de tres setos –de caña cercada con tres posturas de está- le había
puesto tejas de barro, era una bonita casa y, cuanto le costó hacerla, trabajo
muy duro mi abuelo en ella, la vista de la casa daba a la laguna, una laguna
hermosa donde pescábamos, atrás una milpa de maíz ya para dar elotes, mi abuelo vivía del campo, como la
mayoría de la gente del pueblo por eso era muy trabajador. Ay hijo, pero cuando llegaban los revolucionarios nos
echábamos a huir a la montaña –selva- para poder escapar de los soldados o bien
de los rebeldes porque nos acusaban, unos de ayudar a los rebeldes y los otros de
ayudar a los soldado, nos pegaban, se comían las cosas, se llevaban los
animales de corral a las mujeres la violaban, ¿Papá y los dos grupos eran así
de malos? Si hijo por desgracia eran así, según decían que por ayudar a los contrarios y no era vida
con ellos las milpas la quemaban hacían destrozos por donde quiera e incluso
hacían levas y se llevaban a los niños adolescentes dizque para luchar por la
revolución pero a las muchachas las violaban, eran malos tiempos.
Verdad que fueron tiempos muy difíciles esos de
la revolución, sin dudas que sí y ahora a mí me toca recordar a mi papá y a su
abuelo mí bisabuelo .
JOSÉ MANUEL
REFORMA, CHIAPAS, MÉXICO
A 08 DE SEPTIEMBRE DE 2016
Pareciera una edad muy oscura, que al paso de los años no se ven los resultados, pasaron por tanto nuestros bisabuelo, que seguro lloran desde el cielo al ver en como acabmos, ciertamente la guerra solo trae mas guerra, nunca habra ganadores pero siempre habran perdedores...
ResponderEliminarGracias Aquiles hasta la perla tapatia
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