LA ÚLTIMA ETAPA DEL CAMINO
Desde que nacemos comenzamos a marcar el tiempo
con los años acumulados y estos a su vez van marcando su paso inescrutable en
nuestras vidas y, arrancamos con los primeros pasos y caídas que nos van
forjando el carácter de saber caer y levantar para luego ser independientes de
la mano de nuestro padres y con ello ya somos ´libres´ de caminar el camino que
deseemos seguir en la vida, pero antes de eso tenemos que ir a la escuelita, enseguida a la primaria,
secundaria y bachilleratos y lo más talentosos y esforzados hacer una carrera en
la universidad de acuerdo a su vocación, forjar una familia después de eso y
cumular algunos bienes materiales y otros acumulan tesoros en el cielo donde el
moho ni el orín corrompen. Se marca la vida a los 15 años y a las chicas les
hacen una despedida de quinceañera con todo lo de la ley para darle paso a la
convulsiva sociedad que los rodea de ahí en lo adelante, tan es cierto que en
algunos lugares celebran esta liberación a los chicos con un ritual menos ostentoso
pero que en definitiva marca la transición
de una etapa a otra en su diario vivir.
Con Karoll y Nara mayor y tercera de mis hijas
Con Lyz Aneth y Kerem 1era nieta, segunda y mi hija
Con Janai las más pequeña
Con José H Omar mis yernos
Con José H Jr. Mary José A y Omarito mis nietos
Bueno pues a mi hoy me
toca dar y marcar la tercera edad al cumplir los sesenta rodeado de mis hijas,
nietos y nietas con los yernos que me hicieron favor de escoger mis muchachas -de
los cuales no tengo la mayor decepción- de ninguno por ser hombres amables y
respetuosos de sus mujeres e hijos por ende mi afecto incondicional para ellos
como parte de esta familia, me debo ufanar por haber llegado a esta etapa de
privilegiados mortales ya que es un don Divino poder estar con y entre Ustedes
a la edad que hoy marca mi existencia sobre este planeta como afortunado y
bendecido por todo lo que me ha ocurrido en los años pasados, creo poder
decirle sin arrogancia alguna que dentro de las más preciadas de las
disciplinas que me han llegado es un poco de humildad y ver las cosas tal y
como son sin la soberbia que ata los corazones jóvenes y lo virtuoso de la
vejez, saber apreciar el entorno es una
cualidad ha dejado huella -el tiempo- ,
no podemos dejar pasar el tiempo sin forjar metas a corto, mediano y largo
plazo, para disfrutar una vida mayor sin escarnios ni malos motivos para seguir
viviendo como hombre sexagenario. AMEN.
JOSÉ MANUEL
REFORMA, CHIAPAS
A 23 DE AGOSTO DE 2015