Hace unos días tome unas fotos de un ramillete llamado bandera amarilla, que amarillo tan vivo un color con mucha luz, cuantas miradas habrá cautivado, cuantas amas de casa la quisieron tener en su jardín, cuantos coqueteos habrá recibido, no hay el porque especular con la belleza de esta flor tan hermosa que se da en distintas tonalidades de colores, las he vistos en rojas en blancos ramilletes y por supuesto en amarillo, en el color que sea son de una verdadera majestuosidad digna de adornar los jardines de los reyes y en el jardín de mi madre ahí están en dos tonos, flores rojas y amarillo, después de aportar su elegancia a la humanidad, hoy tome otra foto de aquel ramillete lleno de vida que era ayer hoy solo se ve una flor marchita, quemada por los rayos solares que hoy y ayer se precipitaron a nuestra tierra con ganas de asar lo primero que estaba expuesto a sus rayos y de esa coqueta flor en racimo, solo pétalos calcinados, solo la naturaleza con su gran poder tiene la capacidad de darnos esta satisfacción de poder apreciarla y luego cortarla para que en su ciclo vuelva a nuestra presencia en lugar que se fue a pocos días después, sin dudas que maravilla, es la grandiosidad de vivir en este entorno caliente tropical y húmedo, solo con estos ornatos tan hermosos vemos lo tanto que le debemos a la madre tierra y nos da el entendimiento de lo afortunados que somos y de los que realmente valemos sobre la faz de la tierra, que corta es la vida de esa elegancia de flor y que vive para que todos la aprecien, la envidien, la quieran y luego dejarnos solos, así se va lo más preciado que tenemos llegamos tan llenos de vida, cuantos cuidados recibimos, para llegar hacer mayores, cuantos días pasamos en la juventud, viéndonos fuertes y robustos, pingües por las atenciones de nuestros padres, pero la vida así como los ramilletes de la planta que conocemos como bandera, en sus distintos colores, nosotros los seres humanos cumplimos el ciclo de vida, solo que hay una enorme diferencia desde mi muy personal punto de vista, entre la flor y el hombre, hay hombres que han escrito bien sus nombres en la historia y aunque se han marchitado ahí esta vigentes, ranaciendo cada día que pasa, pero por desgracia hay hombres que se han marchitado con el paso de los años y no han escrito nada bueno en los anales de la historia familiar, mucho menos en al historia de la humanidad y esa flor que ayer lucio radiante, hoy se ve marchita, pero renacerá y retomara su colorido y no dudo que muchas miradas cautivara con su enorme presencia en el jardín de mi madre y de muchos más que gusten de la floricultura en sus vidas, cuiden de sus vidas lamentablemente nos es como esta flor que renace y renace nosotros nacemos y nos vamos, solo lo que hayamos escrito es lo que renacerá; hoy una vida joven fue cortada, la vida de un sobrino, en lo más hermoso de sus años mozos, dejando en la orfandad a una pequeña niña de escasos meses de nacida, hombre trabajador dedicado a su familia y los hombres que están escribiendo historias de maldad lo privaron de su libertad y luego lo privaron de su vida, solo me queda decir en paz descanses Julio, que lo poco que hayas podido escribir en el libro de la vida, sirva para que Dios recuerde tus buenos actos……
JOSÉ MANUEL
REFORMA, CHIAPAS, MÉXICO
A 28 DE MARZO DE 2011
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